por Karina Bidaseca
¡Oh cuerpo mío, haz siempre de mí un hombre que interroga! Frantz Fanon,
"Piel negra, máscaras blancas"
In memorian
A 50 años de su muerte y en el Año Internacional de los Afrodescendientes, la discusión acerca de la vigencia del pensamiento de Fanon y la retórica de sus textos para interpretar contemporáneamente América latina, y también África u Oriente, es de resultas inconexa. Hoy Fanon regresó a los debates, sencillamente, por la necesidad de un mundo llamado "poscolonial" (uso el término provocativamente). Es frecuente leerlo, por cierto, más entre lo/as intelectuales de la India o palestina/os en el exilio (como se puede apreciar en la Entrevista a la socióloga Elise Aghazarian recientemente publicada en la Revista http://www.idaes.edu.ar/papelesdetrabajo/). Sugestivo resulta que las academias del norte (británica y estadounidense) -donde nacen los estudios postcoloniales a partir de desarrollos teóricos de académica/os, ella/os también inmigrantes, del sur- lograran problematizar, desde enfoques deconstructivistas y postestructuralistas, temas disueltos por el tiempo de las ideologías. Lo cual hace que su procedencia, para alguna/os académica/os de estos lindes resulte, al menos, como dice Alejandro De Oto en "Sobre un vicepresidente y Fanon", un tanto sospechosa. Frantz Fanon se dedicó a pensar la situación de opresión del colonizado y el racismo a partir de su propia experiencia y la del ejercicio de la psiquiatría en Argelia, en los años que aún se encontraba bajo el dominio colonial de Francia. Nacido en Fort-de-France, en la Isla deMartinica, el 20 de julio de 1925, una de las regiones históricamente marcada por el colonialismo. Era uno de los diversos destinos de los esclavos negros llevados a las colonias de los países occidentales para paliar la falta de mano de obra local con la importación de los esclavos de África. De ahí provenía también el poeta de la negritud Aimé Cesaire, maestro de una generación de jóvenes martiniqueños, como Édouard Glissant y el mismo Fanon. En el camino de la independencia, el mapa antillano de la posguerra mostraba estados independientes y colonias o posesiones, y un movimiento intelectual y político dispuesto a trabajar por la descolonización de las Antillas en el marco de la departamentalización colonialista impuesta y la segmentación de la población, en que el desprecio por los negros y sus descendientes implicaba, frente al "espejismo negro", expandir la imaginación del mismo Fanon. Pero murió demasiado joven, el 6 de diciembre de 1961, para poder ver concretados sus sueños. En su Conferencia "Racismo y cultura", pronunciada en 1956 en el I Congreso de Escritores y Artistas Negros, en París, Fanon escribe lo siguiente: (el racismo) "entra en un conjunto característico, el de la explotación desvergonzada de un grupo de hombres por otro que ha llegado a un estadio de desarrollo técnico superior (…) Debe ser abandonado el hábito de considerar al racismo como una disposición del espíritu". Como explica uno de los grandes intelectuales contemporáneos que tenía el hábito de citarlo, Edward Said (1996) (cuyo Orientalismo, vale señalarlo, es el acta fundacional de los estudios poscoloniales): "el racismo se hizo presente como una fuerza decisiva con efectos asesinos en las feroces guerras coloniales y las políticas rígidas e inflexibles que le siguieron. La experiencia de ser colonizado, por lo tanto, tuvo una gran significación en regiones y pueblos cuyas experiencias como dependientes, subalternos y sometidos a Occidente no terminó –para parafrasear a Fanon- cuando el último policía blanco fue licenciado y la última bandera europea cayó" (p. 25). En los últimos años han aparecido varios textos que invocan la obra de Fanon. Según los responsables de la compilación de sus trabajos, titulada Fanon: A Critical Reader, estaríamos transcurriendo la quinta etapa en los estudios sobre Fanon. Otros como The Fact of Blackness, editado por Alan Read; el ensayo de Homi Bhabha "Day by Day… with Frantz Fanon" y el de Stuart Hall "The After-life of Frantz Fanon: Why Fanon? Why Now? Why Black Skin, White Masks?". O bien en "Hegel y Haití: la dialéctica amo-esclavo: una interpretación revolucionaria", Susan Buck-Morss (2006) al preguntarse por qué el tópico Hegel y Haití ha sido ignorado durante tanto tiempo. "No sólo los especialistas en Hegel han fracasado en responder a esta pregunta, sino que han fracasado, en los últimos doscientos años, incluso en plantearlo" (…) "tal vez Fanon haya sido el que estuvo más cerca de ver la conexión entre Hegel y Haití". Todos conforman un abanico de las relecturas de la obra fanoniana, aunque con particulares connotaciones. A propósito, Hall retoma la idea de que una lectura es siempre un nuevo texto para señalar que la lucha por "colonizar el trabajo de Fanon es un proceso en marcha desde el momento de su muerte, y la identificación de la escritura de Fanon en términos de sus «temas marxistas» en los años sesenta y setenta fue, en sí misma, ya el producto de una re-lectura" (pp. 15-16). Síntoma de esta reedición de Fanon, son ciertas acusaciones sobre Homi Bhabha por tratar de crear un Fanon para su proyecto teórico. Es el reproche de Robinson a quienes, según su opinión, desvían a Fanon de la ruta de las lecturas revolucionarias; un reproche dirigido, por cierto, a los intelectuales cercanos a la crítica poscolonial. De otro tenor son las críticas más importantes que provienen del feminismo. A riesgo de caer en una lectura anacrónica, Lola Young, Kobena Mercer, bell hooks y Ray Chow, por citar alguna/os representantes más notoria/os, consideran a los textos de Fanon como discursos totalizantes, o bien critican la "hipermasculinidad" de su discurso. No obstante, y mas allá de estas bifurcaciones y diversas relecturas y apropiaciones, volver siempre a Fanon significa también interpelar al colonialismo clásico y a repensar conceptos como "historia", "raza", "racismo", "negritud", "sexo", "agencia" en las sociedades actuales, que nos posibiliten otro tipo de reflexión teórica sobre el racismo y la colonialidad contemporáneos. Como sugiere Samir Amin (2009) "Piel negra, máscaras blancas propone, sobre ese terreno, un análisis de una perfecta lucidez. El tratamiento de los problemas que se abordan en esta obra nos permite percibir la singularidad (más allá de los banales denominadores comunes) de los desafíos a los que se enfrentan los negros de Estados Unidos, los de las Antillas británicas, los de Brasil, los negros de África en general y los de Sudáfrica en particular." (p. 5). Sin dudas, la reflexión de Horacio Gonzalez no va en la dirección de interrogarnos si es extemporánea la obra de Fanon; o si sus textos sólo pueden ser leídos en la temporalidad de su producción. Sino en los "usos de Fanon" por los que denomina vagamente (pues no nos brinda elementos para comprenderlos por fuera de un bloque monolítico) "poscolonialistas" (aunque podemos intuir que su definición se aproxima más al norte que a nuestro sur, pero es sólo una intuición). A pesar de ello, sí hay algo que me gustaría abordar: ¿Significa leer a Fanon hoy retomar lecturas de revoluciones pasadas (fracasadas)?" Borro intencionalmente el paréntesis para hacer de esta provocación una oportunidad de dialogar sobre lo que Beckett en su obra Worstward Ho (1983) o "Rumbo a peor" sugiere: "Inténtalo de nuevo. Fracasa de nuevo, fracasa mejor". Precisamente es seguir intentándolo, no detenernos, lo que me interpela a esta discusión sobre la extemporaneidad de uno de los representantes más lúcidos del pensamiento afrocaribeño (para recordar su Martinica natal) de poetas negros francófonos, y de las "causas perdidas". Indudablemente son otras las condiciones históricas que las que describe Fanon para las Antillas y para Argelia antes de su independencia. Sin embargo, el mismo García Linera, aludido por Horacio González, en su Conferencia en Buenos Aires en el otoño de 2010 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, titulada "La construcción del Estado", dio señales importantes en las cuales es posible leer que América y África no pueden pensarse como continentes separados del sistema-mundo, al decir: "Interpretar la experiencia histórica de la descolonización en la Sudáfrica de la posguerra, que ha dejado intacta la base material del poder económico, fue uno los acontecimientos más importantes para que Bolivia iniciase el camino hacia la descolonización política, cultural y económica". El mundo actual se encuentra edificado sobre nuevas formas de apartheid; los nuevos Muros; los barrios marginales; las brechas que separan las poblaciones ricas de las empobrecidas en ghettos (que en el norte son habitados por las diásporas migrantes procedentes de las antiguas colonias, en tanto en el sur, los barrios marginales son habitados crecientemente por inmigrantes indocumentados explotados como fuerza de trabajo en condiciones de semi-esclavitud y/o bajo el régimen de la trata). ¿Acaso no es posible pensar que su pluma puede iluminar este movimiento singular de la historia en que los postulados de la modernidad son sometidos a crítica? Fanon y su obra fue recibida en EE.UU en plena lucha por el movimiento de las Panteras Negras; en América latina, los movimientos de liberación nacional se apropiaron de sus reflexiones para discutir procesos en marcha, no por cierto ligados a la "negritud" pero sí al colonialismo interno. Recientemente, procesos de subjetivación que tienen lugar entre las poblaciones afrodescendientes e indígenas en nuestra región exponen los dilemas y retos que habitaban ya el pensamiento fanoniano. A propósito, ¿no es actualidad su disertación sobre la cultura, el racismo, la cultura nacional y su crítica del etnonacionalismo: los límites de una "cultura negra" que iría a conducirlos, como dijo en el Congreso referido, a un callejón sin salida? O cuando en su libro "Sociología de la Revolución" discurre sobre la mujer argelina y el uso del velo, tan discutido hoy en las sociedades del norte. Bajo el título "Argelia se quita el velo", Fanon interpreta la imposición de las tropas francesas de desvelar a las argelinas. Explica que "En el Maghreb árabe, el velo forma parte de las tradiciones del vestuario en las sociedades nacionales tunecina, argelina, marroquí y libia. Para el turista y el extranjero, el velo caracteriza a su vez a la sociedad argelina y a su componente femenino (…)" (p. 19) Relata cómo los administradores de la ocupación francesa en Argelia "aplicaron al máximo sus esfuerzos para destruir la costumbre del velo" y demuestra cómo fue inventariado el comportamiento de la mujer argelina: "la administración colonial se propone defender solemnemente a la mujer humillada, eliminada, enclaustrada…Se describen las posibilidades inmensas de la mujer, desgraciadamente transformadas por el hombre argelino en un objeto inerte, devaluado y hasta deshumanizado." (p. 21) Los argelinos eran ubicados en el lugar de la barbarie. "Cada nueva mujer argelina que abandona el velo anuncia al invasor una sociedad argelina cuyos sistemas de defensa están en vías de dislocación, abiertos y desfondados." (p. 26) Como interpreta Fanon, es el dinamismo histórico lo que moviliza la discusión sobre el uso del velo. Las discusiones contemporáneas sobre la mujer y el velo, a mi entender, se sitúan después del 11 de septiembre, aunque los discursos dominantes busquen desanclarla de las narrativas históricas ligadas al terrorismo, la guerra, la política antininmigratoria del Norte. Creo, si atendemos a las críticas que imperan sobre los estudios poscoloniales respecto de estar atrapados en los marcos teóricos de una teoría social obsoleta, pero particularmente moderna (atribuible más al propio Said), no parece válido imaginar desechar a un autor como Fanon por su modernidad. Si nos atenemos al purismo intelectual de la temporalidad, perdemos el momento potente de la interrogación, de preguntarnos por ejemplo, por qué, desaparecidos en la mayoría del mundo los colonialismos (sin incluir por supuesto la experiencia palestina), la creación de las naciones no ha resuelto aquellos problemas que a Fanon lo angustiaban: el nacionalismo, el racismo, la ghettificación, las máscaras blancas… Su crítica al etnonacionalismo bien podría ser hoy leída en términos de la lectura contemporánea de los fundamentalismos culturales (religiosos, étnicos, nacionalistas). Fanon escribió, entras tantas frases, ésta: "El Tercer Mundo debe inaugurar una nueva historia del Hombre". Su pensamiento es bienvenido para la narración de nuestra memoria epistémica. Precisamente, porque hay sensibilidades que aguardan recibirlo. Y para recordarnos que, como dice Zizek, vivimos en una ficción de paz. Podríamos así reflexionar sobre la violencia fanoniana mientras transitamos una época de guerras llamadas "difusas" que se llevan adelante, precisamente en el Sur, en nuestros sures. Sin dudas, la apuesta es por estimular los vasos comunicantes a los que refiere Horacio, reinscribiendo las preguntas en el movimiento de la historia. Sin iluminismos, el movimiento de la sociedad significa el más allá del límite epistemológico y temporal. Situados en el Tercer Espacio, asalta aún la posibilidad que el "tercer mundo" pueda desestabilizar el binarismo de la colonización. Tiempo al tiempo. "La revolución: No es limpia, ni bonita, ni veloz" (Pat Parker, feminista afroamericana).
Bibliografía
Amin, Samir, "Introducción. Frantz Fanon en África y Asia" (2009), en Piel negra, máscaras blancas. Frantz Fanon. Madrid, Ediciones Akal. Edición: Carlos Prieto del Campo y Francisco Sanz Esteban & Universidad Nómada.
Bhabha, Homi El lugar de la cultura, Buenos Aires, Ed. Manantial, 2002.
Fanon, Frantz Piel negra, máscaras blancas, Madrid, Akal, (1952) 2010.
Fanon, Frantz Los condenados de la tierra, México D.F., Fondo de Cultura Económica, (1961) 1983.
Fanon, Frantz "Por la revolución africana. Escritos políticos", México, FCE, (1964) 1973.
Lewis Gordon, T. Denean Sharpley-Whiting y Renée T. White Fanon: A Critical Reader. Wiley-Blackwell, 1996.
Parker, Pat, "La revolución: No es limpia, ni bonita, ni veloz", Moraga, Cherríe, y Castillo, Ana (eds.) Esta puente mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos, Ism press, San Francisco, 1988.
Said, Edward, "Representar al colonizado. Los interlocutores de la antropología", en González Stephan, Beatriz (ed.) Cultura y Tercer Mundo. Cambios en el saber académico, Tomo I, Caracas, Nueva Sociedad, 1996.
Zizek, Slavoj, "Cómo volver a empezar…", en Hounie, A. (comp.) Sobre la idea del
Comunismo, Paidós, Bs. As., 2011.
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